Che





















Como todos los mediodías, casi siempre soleados, andaba retozando con Amparo por los alrededores de Escolapias.

Llevaba mi carpeta con la imagen del Che Guevara; un pequeño póster que compré, con mi primo Mike, junto a otro igual de Humphrey Bogart que decoraba mi habitación de Serra.

Sentía simpatía por él, más allá de ideologías, por su supuesta valencianidad y porque provocaba fácilmente a mis amistades de banderita en el reloj, entre otros a Boro, que salía con mi prima Gloria, también Escolapia. El hermano mayor de Boro militaba en falange.

A las tres menos poco, Amparo y yo volvíamos a la puerta del quiosco “Alberto”, enfrente de Escolapias, donde estaba mi hermana, mi prima, sus amigas, sus novietes del momento, mi amigo Manolo Sais y Boro.

Un día, antes de llegar, nos asaltaron dos Escolapias, algo mayores, y me preguntaron afirmando:

¿!Tú dices que falange es una mierda!?

¿Quién yo? No

Sí, sí, tú dices que falange es una mierda

¿Qué queréis que diga, que falange es una mierda? pues !Falange es una puta mierda!

¡Rojo de mierda!!Te vas a enterar!

Sólo se lo conté a Manolo, al que indiqué que, llegado el momento, tendría que ir a buscar refuerzos.

Pocos días después, en la puerta del quiosco "Alberto"; se acercan cuatro tipos, mayores que nosotros,... y uno de ellos, Toledo, le pone la mano en el hombro a Boro y le dice a la vez que le mete la primera ostia ¿¡Tú dices que falange es una mierda!? ¿Quien yo?


Boro cayó contra una persiana metálica y acurrucado recibió dos o tres ostias más. Todo muy rápido.

Me quedé paralizado; Toledo y compañía se fueron por donde llegaron.

Boro, dolido, lloraba jodido de rabia, sin entender nada.

Nunca encontré el momento para explicárselo.

Ché!

Cita con ángeles









La estatua
























Con mi pensamiento sigo el movimiento de los peces en al agua

Campeón
























¿Una paellita Serrana?

Su secreto... poco y tarde.


Señoritooooo!!!


















Descanse en paz...

El Origen del Mundo










1866 Óleo sobre lienzo de Gustave Courbet, Museo d'Orsay, París